viernes, 6 de abril de 2012

Grandezas y Limitaciones de Freud. Erich Fromm


La grandeza y limitaciones de los descubrimientos de Freud



Con este libro Fromm busca demostrar:

1)    cuáles fueron los principales grandes descubrimientos de Freud

2)    la forma en que sus premisas filosóficas y personales lo obligaron a estrechar y distorsionar sus descubrimientos

3)    como se vería enormemente realzada su importancia, si libramos las formulaciones de Freud de tales distorsiones

4)    que otra forma de expresar lo mismo es hacer la distinción entre aquello que es esencial y perenne, y lo que en la teoría de Freud está condicionado por la época o depende de contingencias sociales


  1. El descubrimiento del inconsciente

Freud fue el primero en hacer de este descubrimiento la parte medular de su sistema psicológico y en investigar los fenómenos inconscientes con el mayor detalle y con resultados asombrosos.

Después de Freud, la frase "mis intenciones eran buenas", ha perdido su función como excusa. Tal sinceridad consciente significa relativamente poco dentro de la totalidad de la estructura de la personalidad de alguien.

El gran descubrimiento de Freud y sus consecuencias fundamentales en lo filosófico y lo cultural fue el del conflicto que existe entre el pensar y el ser. Pero restringió la importancia de su descubrimiento al hacer la suposición de que, esencialmente, lo que se reprime es la conciencia de los empeños sexuales infantiles y que el conflicto entre el pensar y el ser es, esencialmente, el que existe entre el pensar y la sexualidad infantil.

Lo que hizo fue identificar la estructura social de su clase, junto con su problemática, con el hombre como tal, así como los problemas que se hayan en la raíz de su existencia. Éste fue, uno de los puntos ciegos de Freud.

La filosofía materialista, junto con la represión generalizada de la toma de conciencia de los deseos sexuales, fue la base a partir de la cual Freud estructuró el contenido del inconsciente.

El hombre de la masa se ha dedicado a convertirse en un homo consumens, el sexo ha pasado a ser uno de los principales artículos de consumo que crean la ilusión de felicidad y satisfacción.

Los conflictos que se observan en el hombre, entre sus empeños conscientes e inconscientes, son de índoles muy diversas:

  • Conciencia de libertad - falta inconsciente de libertad.
  • Buena conciencia consciente - sentimiento inconsciente de culpabilidad
  • sentimiento de felicidad consciente - depresión inconsciente
  • honradez consciente - fraudulencia inconsciente
  • conciencia de individualismo - sugestibilidad inconsciente
  • conciencia de poder - sentimiento inconsciente de carencia de poder
  • conciencia de fe - cinismo inconsciente y total carencia de fe
  • conciencia de amar - indiferencia u odio inconscientes
  • conciencia de ser activo - pasividad psíquica y pereza inconscientes
  • conciencia de tener los pies sobre la tierra - falta de realismo inconsciente

Estas son las verdaderas contradicciones que en la actualidad se reprimen y racionalizan. Freud no les presto ninguna atención, porque estaba fascinado por el sexo y su represión.


  1. El complejo de Edipo

Freud postuló que en el fondo de toda neurosis se halla un complejo de Edipo no resuelto.

El gran descubrimiento de Freud en este caso es el hecho de la intensidad del apego del niño a su madre o a una figura materna. El grado de este apego, del deseo de ser amado y cuidado por la madre, de no perder su protección y de no renunciar a la madre, sino verla en mujeres que, aunque sean de la misma edad que el hombre, tienen para él el significado de una madre, reviste una importancia extraordinaria. Tal apego existe también en las niñas, pero parece ser que tiene un desenlace algo distinto, que Freud no ha dejado demasiado en claro.

El niño cuenta con una madre quien por medio de su amor lo protege contra todos los peligros. El adulto en cambio, no tiene a nadie. Cierto es que puede tener amigos, una esposa, cierto grado de seguridad social; sin embargo, aún así sus posibilidades de defenderse y adquirir lo que necesita son muy frágiles. La contradicción que existe entre el amor a la existencia paradisíaca de la infancia y las necesidades que surgen a consecuencia de su existencia adulta, puede ser considerada con justeza la médula de todas las evoluciones neuróticas

Donde Freud erró, fue en el aspecto de que entendió el apego a la madre como de carácter esencialmente sexual. El gran error de Freud es que no es el deseo sexual el que convierte en tan importante la figura materna, no sólo durante la niñez sino tal vez durante la vida entera de una persona.

Al hallar el vínculo edípico con la madre, Freud descubrió uno de los fenómenos más importantes: el apego del hombre hacia su madre y su temor de perderla; deformó este gran descubrimiento al explicarlo como un fenómeno sexual, y así oscureció la prominencia que tenía el hecho de haber comprendido que el anhelo por la madre es uno de los más profundos deseos emocionales que se hayan en la raíz de la existencia del hombre.

Freud vio el conflicto entre padre e hijo pero no lo interpretó acertadamente, en el sentido de la sociedad patriarcal, sino que lo entendió esencialmente como la rivalidad sexual entre padre e hijo.

En el estado que viven todos los niños de más de cuatro años, es natural que todos tengan el deseo de ser grandes como los adultos, pero son muchos los que conceden una importancia indebida a la frase "cuando papá muera yo me casaré contigo" y piensan que el niño realmente quiere que su padre esté muerto.

El principio que representa Creón es el de la supremacía de la ley del estado, por encima de los lazos de la sangre y de la obediencia a la autoridad, por encima del respeto a la ley natural de la humanidad. Antígona es el símbolo de la libertad y la felicidad del ser humano, contra la arbitrariedad del dominio masculino.


  1. Transferencia

Freud halló que durante el tratamiento los analizados adquirían un vínculo muy fuerte con la persona del analista, vínculo que en sí mismo es de naturaleza compleja. Es una mezcla de amor, admiración y apego; en lo que se denomina transferencia negativa se trata de una amalgama de odio, oposición y agresión. Si el analista y el analizado son de sexos distintos, la esencia de la transferencia se puede describir muy fácilmente como un caso de enamoramiento del analizado hacia el analista, así como los analizados homosexuales hacía analistas del mismo sexo. El analista se convierte en objeto de amor, admiración, dependencia y se los intensos, puesto que a cualquier otra persona se le considera como posible rival.

Lo que hace particularmente interesante esta transferencia es que surge de la situación, y no de las cualidades del analista.

Freud llegó a la conclusión de que el analizado daba rienda suelta en el proceso analítico a muchos sentimientos que él o ella había experimentado en la infancia con respecto a uno de los padres; es decir, los sentimientos hacia el analista eran "transferidos" del objeto original y hacia la persona del analista. Es el niño existente en el analizado quien experimenta esta transferencia de sentimientos.

La transferencia es uno de los factores que originan la enfermedad profesional de los analistas, a saber, la confirmación de su narcisismo, al recibir la admiración afectuosa de sus analizados, sin que importe el grado en que la merecen.

Una de las críticas principales a la infantilización del paciente al someterlo al diván es que si el analizado es transformado en niño durante la sesión, la persona adulta es retirada del panorama, y el analizado expresa todas las ideas y sentimientos que tuvo cuando niño pero no se ocupa de la persona adulta que hay en él, con capacidad de referirse a la persona infantil desde el punto de vista del adulto.

La transferencia en la situación analítica y la adoración de los dirigentes en la vida adulta no son de índole distinta: radican en el sentido de desamparo e impotencia del niño, que origina su dependencia hacia los padres, o la situación de transferencia hacia el analista, como sustituto de aquellos.

En relación a la transferencia social, Fromm explica: una sociedad cuyos miembros estén indefensos necesitan ídolos. Esta necesidad sólo se puede superar en la medida en que el hombre esté plenamente consciente de la realidad y de sus propias fuerzas.


  1. Narcisismo

Básicamente Freud postuló que el hombre puede orientarse de dos maneras contradictorias; por su principal interés (amor, cuidado) o como lo dice Freud: su libido (energía sexual) se puede dirigir hacia sí mismo o hacia el mundo exterior: la gente, las ideas, la naturaleza, las cosas hechas por el hombre.

En 1909 Freud declaró que el narcisismo era una etapa intermedia necesaria entre el autoerotismo y el amor de objeto.

La importancia del descubrimiento del narcisismo por Freud explica la naturaleza de la psicosis y también mostró que el mismo narcisismo existe no solamente en el niño sino también en el adulto. De no haber sido Freud prisionero del concepto del aparato psíquico, que supuestamente era una versión científica de la estructura humana, hubiera podido dar realce a la importancia de su descubrimiento; pudo haber recalcado de manera más enérgica el papel del narcisismo para la supervivencia.

Lo más importante es que Freud no consiguió definir el narcisismo en términos de ser el polo opuesto al amor.

Al individuo narcisista el único sector que le parece plenamente real es su propia persona, se ocupa solamente de sus sentimientos, pensamientos, ambiciones, deseos, cuerpo, familia; de todo lo que es, o de lo que es suyo. Lo que piensa es lo verdadero, porque es él quien lo piensa, y aún sus cualidades malas son bellas porque son suyas. Todo lo que se refiere a él o ella tiene colorido y realidad plena.

En los narcisistas que son extremadamente creativos, su narcisismo no interfiere con su arte; por el contrario, con frecuencia de resultar una ayuda. Estas personas tienen que expresar lo que sienten subjetivamente, y cuanto más importante es la subjetividad para su rendimiento, tanto mejor se desempeñan.

El narcisista es, por así decirlo, lo que la persona como uno desea ser. En el narcisista, uno ve a un individuo que cuando menos ama a una persona (a sí mismo).

El narcisismo que se puede denominar “autoinfatuación”, es lo opuesto al amor, si entendemos por este el acto de olvidarse de uno mismo y de preocuparse más por los otros que por uno.

El narcisismo se pone muchas máscaras; la de santidad, la obediencia al deber, la amabilidad y el amor, la humildad, el orgullo; abarca toda la gama desde la persona de actitud altiva y arrogante, hasta la modesta y recatada.

En el carácter narcisista de la reacción de los grupos nacionales, políticos y religiosos se halla la raíz de todo fanatismo; con el grupo se convierte en la encarnación del narcisismo propio, cualquier crítica a aquel se toma como un ataque a la propia persona.

Con el desarrollo del interés y el amor hacia los demás, el narcisismo tiende a reducirse cada vez más


  1. Carácter

Freud fue el primer psicólogo que analizó el carácter científicamente en vez de hacerlo de una manera artística; él y sus discípulos construyeron cuatro tipos de estructura del carácter

    • carácter oral receptivo: se refiere a la persona que espera ser alimentada, de modo material, emocional e intelectual. Se trata de la persona con la "boca abierta", fundamentalmente pasiva y dependiente, que espera que lo que necesita se le dé, ya sea porque se lo merece por ser tan bueno como es, o tan obediente, o debido a un narcisismo altamente desarrollado que hace que la persona se sienta tan maravillosa que puede pretender que sean otros los que cuidan de ella.
    • La persona sádica oral: también cree que todo lo que necesita proviene del exterior y no de su trabajo propio. A diferencia del anterior, no espera que nadie le dé voluntariamente lo que necesita, sino que trata de tomarlo de los otros por la fuerza; se trata de un carácter rapaz y explotador.
    • El sádico anal: no sienten que nunca sea creado algo nuevo, que la única forma de tener algo es ahorrar lo que uno tiene. Se consideran una especie de fortaleza, de la que nada puede salir; su seguridad radica en su aislamiento. Freud halló en ellos las tres características siguientes: el ser ordenados, tacaños y obstinados.
    • El carácter genital: Freud lo describe a modo de fundamento para la capacidad de amar y trabajar (Freud se refiere a la forma degradada del amor en una sociedad dedicada a hacer dinero, a ser el dirigente y no el trabajador.

Freud redujo las grandes pasiones a diversas clases de libido.

El hecho de que la gente, de manera predominante, me hubo día, se someta o luche por la libertad, sea avara o magnánima, cruel o tierna, depende de la estructura social que es causante de la formación de todas las pasiones (excepto las biológicas).

Freud no se dio cuenta de que la familia misma quedaba determinada por la estructura social y de clase, y constituía un “agente de la sociedad” cuya función es trasmitir el carácter de esta sociedad al niño, antes de que éste tenga siquiera ningún contacto directo con ella; esto se hace mediante la crianza y la educación tempranas, así como a través del carácter de los padres que en sí mismo, es un producto social.

Fromm explica el carácter social como: lo que la gente quiere hacer depende de las pasiones dominantes en su carácter, de acuerdo con las necesidades y requerimientos de un sistema social específico.

En descubrimiento de Freud del concepto dinámico del carácter nos da la clave para que lleguemos a comprender la motivación del comportamiento individual y social y para qué, hasta cierto punto, podamos predecirlo


  1. La importancia de la niñez

El niño posee ya anhelos sexuales (libidinosos), aún que no aún en términos de sexualidad genital, sino en lo que Freud denomina sexualidad pregenital que se halla centrada en las zonas heterogéneas.

Mediante muchos ejemplos clínicos Freud pudo demostrar la forma en que acontecimientos a una edad temprana, especialmente los de naturaleza traumática, iban formando el carácter del niño en grado tal que supuso que mucho antes de la pubertad había quedado fijo el carácter de una persona y de ahí en adelante, salvo raras excepciones, ya no sufriría cambios posteriores.

Por primera vez se comenzaba a tomar en serio al niño y lo que le ocurría; se creía haber hallado en lo sucedido en los primeros años de la infancia la clave de todo el desarrollo subsiguiente.

Freud subestimó la importancia de los factores constitucionales y genéticos en la formación del carácter de los niños. En el Freudianismo burdo son exclusivamente la familia y la experiencia del niño las que se hacen responsables del desarrollo de aquel.

El problema de la naturaleza Vs. la crianza, consiste en la confrontación entre disposición genética y medio ambiente. La discusión de este problema no ha llevado aún a ningún resultado determinante. Fromm comenta que él ha llegado a la conclusión de que las disposiciones genéticas desempeñan un papel mucho más importante del que le conceden muchos analistas en la formación de un carácter específico. Cree que uno de los objetivos del analista debería ser la reconstrucción de la imagen del carácter que presenta el niño al nacer, con el fin de poder estudiar cuáles de los rasgos que se encuentran en el analizado forman parte de su naturaleza original y cuáles han sido adquiridos a través de circunstancias que han ejercido alguna influencia.

Lo que se encuentra con mucha frecuencia es que, debido al deseo de los padres (de manera personal y como representantes de la sociedad), al niño se le obliga a reprimir o a debilitar sus disposiciones originales y a reemplazar las por aquellos rasgos que la sociedad quiere que desarrolle. Es aquí donde hallamos las raíces de las evoluciones neurológicas; la persona desarrolla un sentido de identidad falso. Aún cuando la identidad verdadera descansa en la conciencia de las características intrínsecas que uno posea por el hecho de haber nacido como quien se es, la pseudoidentidad se basa en la personalidad que la sociedad nos ha impuesto. De aquí que, para que la persona pueda mantener su equilibrio, tengan necesidad constante de aprobación. La identidad verdadera no necesita de tal aprobación porque la imagen que la persona tiene de sí misma es idéntica a la estructura auténtica de su personalidad.

Es posible que los padres sencillamente sientan desagrado por el tipo de hijo que produjeron; por otro lado el niño puede también sentir desagrado por el tipo de padres que tiene y puesto que es el más débil, verse sometido a castigos por tal falta de simpatía, mediante todo tipo de sanciones más o menos sutiles. Esto se debe a que hijo y padres pueden simplemente no ser compatibles a causa de sus propias naturalezas; a este respecto, la relación no presenta ninguna diferencia con la que se observa entre personas adultas.

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