domingo, 8 de abril de 2012

La Constitución del Movimiento Psicoanlítico: J. B. Fages


La Constitución del Movimiento Psicoanlítico:
J. B. Fages

Es una lectura que describe en movimiento psicoanalítico y algunos de los participantes  en el Congreso internacional de psicoanálisis. Jung, Abraham, Putnam, Ernts Jones, Ferenczi, Sachs y sin duda Freud. El autor se pregunta ¿Cuáles son las bases de un acuerdo manifiesto en los orígenes del movimiento psicoanalítico?. La respuesta el mismo autor la da: “La existencia de procesos primarios inconscientes, la teoría de la resistencia y de la represión, la apreciación del papel de la sexualidad y del complejo de Edipo son los principales contenidos del psicoanálisis, y los fundamentos de su teoría. Cualquiera que los rechace no debería contarse entre los psicoanalistas.”

Después, Fages hace una recopilación de los conceptos antes mencionados.

I El Inconsciente

El descubrimiento del inconsciente representa la revolución de Freud y el punto de partida del movimiento psicoanalítico. La diferencia entre el psicoanálisis y cualquier otro trabajo sobre el psiquismo se traduce en la de los prefijos: inconsciente en lugar de subconsciente. En el psicoanálisis se trata de elevar a la superficie  consciente, de hacer revivir, de designar el factor penoso y perturbador (patógeno) olvidado. La extracción provocada se llama abreacción. El segundo concepto importante sería la resistencia que no es ya un simple olvido, sino un mecanismo de defensa mediante el cual se construye alrededor del elemento patógeno una barrera protectora. Establece entonces Freud el método de las asociaciones libres, conde el analista despliega una intensa actividad para estimular el hablar espontáneo sin censura consciente.
El autor maneja la transferencia como una resistencia que lleva al descubrimiento del inconsciente, ya que le paciente transfiere al analista, en su resistencia el papel y acción de éste, los factores más profundos del conflicto personal. Estos factores se mantienen en un sector cerrado, censurado del psiquismo, sector que Freud llama inconsciente. Es importante saber que el mismo analista debe de mantenerse lo más neutral posible, y practicar el autoanálisis ya que de este dependerá su objetividad. Así como Freud lo practico usando como interlocutor por medio de cartas a Fliess.

Dentro de las características que el Fages describe del inconsciente, están la de ser profundo y difícilmente sondeable, el dinamismo, el aspecto energético o pulsional. Dos tipos de pulsiones se describen.

  1. Las pulsiones sexuales -> tienden a la conservación de la especie, constituye la libido
  2. Las pulsiones del yo -> tienden a  la conservación del individuo.

En la base cualquier neurosis hay un conflicto de las dos pulsiones. Las del yo reprimen la libido, y esta represión produce neurosis de angustia, culpabilidad, etc. Las pulsiones sexuales tienden al deseo de apaciguamiento, de satisfacción, de placer; la represión por su parte bloquea este deseo y provoca la insatisfacción o displacer.

El tercer rasgo del inconsciente es el que se puede llamar estructural. Alrededor del nucleo patogeno se las defensas se organizan y se estructuran.

l  Cronológico -> acontecimientos posteriores engrosan el núcleo patógeno
l  Concéntrico -> por afinidad,  temas parecidos van a agruparse alrededor del núcleo patógeno (padre tirano, el jefe, el maestro.)
l  Dinámico y lógico -> el núcleo patógeno oculto se vale de todos los medios, se nutre de todo lo que pueda protegerle, afianzarle. -> sobredeterminación de los síntomas.

De acuerdo a la segunda tópica de Freud, el inconsciente comporta tres sistemas: inconsciente, preconsciente y consciente (Ics, Pcs y Cs). El inconsciente se caracteriza por el lugar psíquico donde funcionan los procesos primarios (modos de circulación libre, deseos). El consciente se caracteriza como el emplazamiento de los procesos secundarios (pensamiento despierto, atención, juicio y razonamiento.). El preconsciente, es el lugar intermedio, se encarga del acceso al la conciencia, hace un papel selectivo en cuanto a las representaciones perturbadoras.
De un lugar a otro atraviesan censuras. Censura primera del Ics al Pcs y censura segunda del Pcs al Cs.

  1. Índices del Inconsciente

l  Actos fallidos: Incluye olvidos, fallos de comportamiento, uso de una palabra en lugar de otra o  lapsus ; los cuales desvelan la existencia del conflicto existente en el Ics. El deseo reprimido se abre paso al consciente.

l  Los sueños: El sueño lejos de ser una disminución de la vida psíquica, es un fenómeno significativo cuyo significado puede ser encontrado mediante el trabajo del sueño. Al despertar, el soñador se acuerda del contenido manifiesto del sueño, pero por medio del trabajo del sueño, se puede llegar a saber el contenido latente.
  Condensación: la aparición de los personajes en el sueño resultan de una superposición de diferentes objetos importantes para el soñante.
  Desplazamiento: Lo central se desplaza a lo marginal; lo capital se desplaza hacia lo futil.
  Simbolización: es la relación entre el significado y significante. A partir de símbolos se representan los actores del sueño.
“El sueño es la realización disfrazada de un deseo reprimido”

l  Las creaciones imaginarias: Los sueños diurnos, la comedia y los chistes también son importante para el psicoanálisis.
El chiste se dirige a la comunicación con los otros mientras que el sueño y el ensueño se dirigen al sujeto. Así mismo, la literatura y la obra de arte se dirigen también hacia la comunicación con el otro.

  1. El complejo de Edipo y la Evolución de la sexualidad

El complejo de Edipo se transforma en el nudo de una historia de la sexualidad infantil inconsciente, historia que Freud elabora en “Tres ensayos para una teoría sexual” en 1905. La teoría de la sexualidad infantil será el mayor punto de acuerdo del psicoanálisis básico.

El cuerpo del niño comprende zonas erógenas donde se producen las excitaciones eróticas. La zona erótica dominante se desplaza según la edad y el estado de crecimiento del organismo.

Estadío Oral: En el primer año de vida. La zona erógena predominante es la boca y los labios: el placer de la succión del seno materno. El displacer es la espera, la frustración y esto lo conduce a los juegos de sustitución; chupar los dedos a través de lo cual se llega a la satisfacción autoerótica.

Estadío Sádico-Anal: Comprende el segundo y tercer año de vida. El ano se convierte en la zona erógena predominante. La retención de las materias fecales causa excitación y la evacuación causa la satisfacción. Las materias fecales se convierten en la posesión del niño.

Estadío Fálico: Se extiende desde el tercer hasta el quinto año. Corresponde al descubrimiento de los órganos genitales. El complejo de Edipo nace en este estado. Tanto para el niño como para la niña el primer objeto de amor es la madre. El niño renuncia a ello como consecuencia de la angustia de castración y se identifica entonces con el padre. La niña renuncia a la madre por despecho y se identifica con su castración. Así la niña se identifica con la madre deseando un hijo del padre en compensación de su carencia y su envidia del pene.

Periodo de latencia: Corresponde entre el sexto año y la pubertad. Es el adormecimiento en el crecimiento de los impulsos sexuales.

Fijación pulsional: Un sujeto puede progresar prematuramente, otro puede regresar a un estadío anterior, donde puede organizar con mayor seguridad sus defensas instintivas. A esta regresión se le llama fijación pulsional.

La mayor preocupación de los analistas no es hacer un tratado de sexualidad del paciente, sino dar cuenta de la neurosis, inmadureces, perversiones, con la ayuda de una teoría de una sexualidad polimorfa y evolutiva.

Los primeros psicoanálisis en niños se efectuaron a partir de 1908, en el amigo y discípulo de Freud Oskar Pfister.

  1. Terapéutica

El estudio psicoanalítico de de la sexualidad se inscribe, desde los comienzos, en una investigación de la etiología de las neurosis, de los factores determinantes de los trastornos mentales, con vistas a un tratamiento terapéutico.
En la base de las neurosis se sitúa un conflicto inconsciente sin resolver. El crecimiento del individuo debe superar constantemente obstáculos interiores y exteriores. Las frustraciones, los choques y los excesos desproporcionados a las fuerzas de resistencia y de asimilación del psiquismo infantil determinan los núcleos patógenos. Éstas marcas dolorosas inconscientes, llamadas traumatismos, provocarán fijaciones o regresiones; es decir, bloqueos del desarrollo psíquico.

El tratamiento psicoanalítico deberá pues, desmontar la neurosis y llagar a desmontar el vicio de base. La neurosis tiene un sentido bajo la aparente incoherencia y bajo la movilidad de los síntomas. Este sentidos es la relación entre el vicio de base y las construcciones puestas encima.
Al paciente se le invita a decir todo lo que le pase por la cabeza: asociaciones, recuerdos, sueños diurnos en una especie de dejarse ir verbal. No debe preocuparse por la coherencia lógica ni el decoro, y todavía menos por saber si esto choca o no al analista. Por su parte el analista escucha neutral, incluso impasible, con una atención fluctuante, flexible.

La importancia de la transferencia es crucial para el desarrollo de la terapéutica. La transferencia traduce la más tenaz y profunda de las resistencias. El analista deberá vigilar de modo especial ésta transferencia por la que el paciente reviste al analista de imágenes como la de los padres, tirano, seductor. etc, que evocan y son objeto de sus conflictos más arcáicos.

Por parte del analista, estar atento de la transferencia significa también estar atento de la contratransferencia.

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