Otto Kernberg
Relaciones
reciprocas de las hipótesis formuladas: un modelo de desarrollo centrado en las
relaciones objetales.
Para Kernberg la internalización
de las relaciones objetales representa un factor crucial de organización para
el desarrollo del yo y del superyó. La formación de introyecciones,
identificaciones y de la identidad del yo constituyen una secuencia progresiva
en el proceso de internalización de las relaciones objetales.
El yo temprano debe cumplir dos
tareas fundamentales: 1) la diferenciación entre autoimágenes e imágenes objetales, y 2) la integración de
autoimágenes objetales constituidas bajo la influencia de los derivados de
instintos libidinales y sus afectos afines, con las correspondientes imágenes
del sí-mismo e imágenes objetales constituidas bajo la influencia de los
derivados de instintos agresivos y sus afectos afines.
Las imágenes del sí-mismo y
objetales “totalmente buenas” y “totalmente malas” interfieren
considerablemente con la integración del superyó, porque crean fantásticos
ideales de poder, grandeza y perfección en lugar de exigencias y metas más
realistas impuestas por un ideal del yo constituido bajo la influencia de
imágenes ideales del sí-mismo y objetales, más integradas y moderadas. La
proyección de imágenes “malas” del sí-mismo y objetales determina, mediante la
reintroyección de vivencias distorsionadas de los aspectos parentales
frustrantes y punitivos, un predominio patológico de precursores superyoicos
sádicos y la consecuente incapacidad de integrar los componentes superyoicos
idealizados con los que representan amenazas sádicas. Todo esto provoca una
deficiente integración del superyó y una tendencia a reproyectar núcleos
superyoicos.
Por el contrario, cuando las
relaciones objetales internalizadas “buenas” y “malas” (en las que participan
imágenes del sí-mismo, imágenes objetales, imágenes del sí-mismo ideal e
imágenes objetales ideales) están suficientemente integradas como para permitir
a su vez la integración del concepto del sí-mismo y del “mundo de las
representaciones”, es posible llegar a una identidad del yo estable.
El desarrollo de este nivel de
integración dentro del yo da lugar a las condiciones necesarias para que los
precursores superyoicos sádicos se integren con el ideal del yo y para que sea
posible internalizar demandas y prohibiciones realistas de las imágenes
parentales.
Consecuencias
para el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento
Desde el punto de vista del
diagnóstico, la clasificación propuesta de la patología caracterológica puede
ser útil para diferenciar tipos patológicos que en un primer momento presentan
dificultades diagnósticas en casos individuales.
Desde el punto de vista del
pronóstico general, la clasificación propuesta refleja tres niveles de gravedad
de la patología caracterológica. En los pacientes comprendidos en el nivel
superior de la patología, el pronóstico para tratamiento psicoanalítico es muy
bueno; estos pacientes responden muy bien al psicoanálisis. El pronóstico es
menos favorable en el nivel intermedio; en general, los pacientes incluidos en
este nivel requieren tratamiento analítico más prolongado y en ocasiones los
objetivos terapéuticos deben ser menos ambiciosos. El pronóstico para el nivel
inferior es en todos los casos serio; el tratamiento analítico convencional y
sin modificaciones habitualmente se contraindica o requiere un período
preparatorio de psicoterapia expresiva.
Kenrberg ha propuesto una
clasificación de la patología del carácter que intenta cumplir los siguientes
fines:
1) Establecer criterios
psicoanalíticos para el diagnóstico diferencial entre los distintos tipos y
grados de severidad de la patología caracterológica.
2) Esclarecer la relación que
existe entre un diagnóstico caracterológico descriptivo y un análisis metapsicológico,
especialmente estructural.
3) Establecer un ordenamiento de
subgrupos de patología caracterológica, según su gravedad.
Esta clasificación se basa en el
convencimiento de que el estudio diagnóstico de los pacientes debe incluir
factores estructurales y genético-dinámicos, además de los puramente
descriptivos.
Otras
observaciones acerca del manejo de la transferencia
La transferencia de los pacientes
fronterizos presenta diversos peligros y problemas técnicos. En primer lugar,
el terapeuta puede sentirse tentado de interpretar directamente las
manifestaciones transferenciales que, por su naturaleza primitiva, parecen
reflejar las experiencias humanas reales más tempranas o más primitivas.
En segundo lugar, la confusa e
intensa activación afectiva, en cuyo marco el paciente conserva sólo una
pequeña parte de su capacidad para observar lo que está sintiendo, puede hacer
que el terapeuta preste atención exclusivamente a la disminución o las fallas
del funcionamiento yoico, llevándolo así a pasar por alto aquello que el
material movilizado en la transferencia refleja de las relaciones objetales.
En tercer lugar, el error opuesto
consistiría en analizar en profundidad la relación objetal, sin prestar
suficiente atención al funcionamiento yoico del paciente.
Un cuarto riesgo es el de basarse
exclusivamente en el análisis de la primitiva relación objetal en el aquí y
ahora de la transferencia, considerando a ésta como un encuentro emocional
correctivo y descuidando la tarea de integrar de manera gradual imágenes del
sí-mismo e imágenes objetales en relaciones objetales internalizadas más reales
y en una transferencia de naturaleza más avanzada que permita reconstrucciones
genéticas más exactas.
El enfoque técnico que propone
Kernberg para los pacientes fronterizos significa entonces prestar atención de
manera simultánea a la interacción inmediata, a las percepciones del paciente y
a las distorsiones de estas durante la sesión y a las relaciones objetales
internalizadas, de tipo primitivo y fantaseado, que se movilicen en la
transferencia, de modo que lo más superficial y lo más profundo llegue a
integrarse en vivencias humanas cada vez más complejas.
Contratransferencia
Al trabajar con pacientes
fronterizos o con regresiones profundas, contrariamente a lo que ocurre con los
que sufren neurosis sintomáticas o trastornos caracterológicos, el terapeuta
tiende a experimentar, ya desde el comienzo del tratamiento, respuestas
emocionales intensas que tienen que ver más con la transferencia prematura,
intensa y caótica del paciente y con su propia capacidad para tolerar la
tensión psicológica y la ansiedad, que con cualquier problema específico de su
pasado. La contratansferencia se convierte así en un importante instrumento
diagnóstico, capaz de proporcionar información acerca del grado de regresión
del paciente, de su posición emocional predominante ante el terapeuta y de las
variaciones de esta posición. Cuanto más intensa y prematura es la reacción
emocional del terapeuta al paciente, más amenazada se ve su naturalidad; y
cuanto más fluctuante y caótica es, mayores son las posibilidades de que
el terapeuta esté en presencia de un
paciente que sufre una grave regresión.
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