viernes, 30 de marzo de 2012

Mi vida en rosa Dirigida por Alain Berliner



Dirigida por Alain Berliner



Qué pasó con la otra X de ludovic? Un error genético piensa… La realidad y la imaginación, la fantasía como mecanismo de defensa ante las reglas y roles socio-culturales, la capacidad de adaptación ante devastadoras circunstancias que pueden presentarse en el seno de una familia convencional. Es lo que hemos encontrado en esta película.
 Ludovic un niño de siete años, sensible, lleno de vitalidad,  se encuentra en una de las etapas más importantes de la infancia, en donde empieza a dibujarse la identidad sexual. Comienza a sentir que existe la posibilidad de tener un sexo que no es el propio,  se siente extraño, algo dentro de sí mismo le dice que pronto será niña. Se refugia en una serie de fantasías utilizando eventos de la realidad para confirmar su creencia.  De hecho Ludovic podría ser una niña como cualquiera... si no fuera porque nació varón… pero “varón-niña” es como él mismo se define, le gusta vestirse de princesa, utiliza los cosméticos de su hermana, sueña con el príncipe azul y con Pam una especie de Ada madrina que le ha brindado refugio en la fantasía.
Vive en un barrio de clase media, junto a sus padres, tres hermanos y su abuela que los visita con regularidad.  Con ellos forma la más "normal" de las familias. Sin embargo, Ludovic es diferente, se siente diferente. Y con toda la lógica que tiene a su edad, no puede entender que los demás  no acepten su condición. La condición de ser una niña atrapada en el cuerpo de un niño.  Los adultos no pueden comprender que más allá de los juegos y sus fantasías Ludovic es un SER y no un trozo de barro al que pueden moldear.
En nuestra sociedad el niño “afeminado”, es objeto de mayor burla que la niña “marimacha”, lo que probablemente refuerce en él la conciencia de ser diferente, lo que lo lleva a la incomprensión y al sufrimiento. El niño afeminado se desprestigia por parecerse al sexo “débil” que al final es el núcleo en donde se siente aceptado, con las niñas… lo que seguramente refuerza su confusión y conciencia de ser “raro”. Este es un fenómeno que va más allá del ambiente familiar, es un fenómeno socio-cultural que tiene implicaciones interesantes: el niño afeminado queda marcado desde la infancia como un “ser aparte” es decir como un ser que no pertenece más que al grupo de los “raros o enfermos”.
Es sabido que en general los padres depositan en sus hijos todas sus expectativas… Azul o rosa?  se preguntan las parejas cuando saben que van a concebir a un hijo. Hay quienes sin saber el sexo de su hijo (a) ya tienen el nombre, la ropa y juguetes para darle la bienvenida a ese ser que aún sin nacer, ya tiene un futuro marcado en la  mente de sus padres. Pero qué es lo que sucede cuando los niños se revelan a estas expectativas? En el caso de mi vida en rosa vemos algo muy característico, los padres se niegan a lo que Ludovic experimenta como una realidad, que nadie quiere tomar en serio. Al inicio cuando hace su entrada triunfal en un asado en donde su familia y vecinos están presentes, vestido con un traje rosa de princesa, zapatillas y maquillaje; el impacto que causa es impresionante, pero al final prefieren pensar que no se trata, más que de una travesura de un niño y que es normal a su edad. Cuando para Ludovic lo único cierto y real es que el tiempo le ayudará a sanar su biología masculina.
Podemos ver también un mecanismo común que sucede en el seno de una familia con un hijo que elige ser diferente, al inicio la madre en este caso Hanna, lo protege y lo defiende con la firme idea de “es algo que en algún momento se le pasará”. En cambio el padre con su ego herido, se aparta y lo rechaza, llegando a mostrarse agresivo. Posteriormente estos papeles son invertidos.
Sin embargo, Ludovic con una gran sensibilidad e inteligencia llega a la conclusión: de que evidentemente hubo un error cometido por la naturaleza y piensa que la X que le correspondía se fue por el cesto de basura, deducción a la que llega cuando su hermana le explica la biología del sexo. Esto se lo comunica con inmediatez a su amigo Jérome, a quien le anuncia que cuando la otra X que le faltó le sea devuelta podrán casarse. Jérome es un niño que vive en una familia tradicional educado bajo normas morales severas, al parecer al inicio no le desagrada del todo la idea, puesto que acepta casarse en juego con Ludovic en el cuarto de su hermana. Sin embargo cuando se percata de que para los demás eso es algo anormal y prohibido rechaza a Ludovic y se convierte también en su verdugo.  
A pesar de ello, Ludovic no desiste, insiste en mostrarse como realmente se siente, y nuevamente aparece en una obra de teatro en donde le arrebata el papel principal a blanca nieves.  Al contrario de lo que esperaba es descubierto por su príncipe, quién se niega tajantemente a besarlo. El público se queda pasmado, no pueden concebir lo que  ven sus ojos, ¡un niño en el lugar de la princesa… qué horror! Al salir de la obra a la familia la ven con una mirada acusadora, como si Ludovic fuera un fenómeno extraño. Es expulsado de la escuela, rechazado por sus padres y  agredido por sus compañeros… todo su mundo parece oscuro. Parece que lo único que le queda es su refugio en la fantasía y la dulzura de su abuela.
Él sigue sin entender y lo único que espera es que suceda algo mágico que lo convierta en una verdadera niña, busca explicaciones…  espera pacientemente la llegada de su regla, como le pasó a su hermana.  De pronto, un cólico por la mañana le anuncia que el milagro ha sucedió, pero al salir lleno de felicidad anunciando la buena nueva a su  madre, lo único que encuentra es nuevamente rechazo y un castigo que le causa un gran dolor, su  madre termina cortándole el cabello, como un acto de castración que le niega a Ludovic la oportunidad de ser él mismo. Este acto de la madre no representa más que la desesperación que le implica la vergüenza de tener un hijo fenómeno, la angustia que siente de no encontrar la respuesta adecuada que le explique: ¿por qué Ludo no es “normal” como otros niños? se siente perturbada ante lo inminente y no lo acepta, ella quiere encajar en su entorno social.
El  padre al mismo tiempo desea además conservar su trabajo, se atormenta también por la realidad que le parece injusta y se siente impotente por no saber qué hacer con la desgracia que aqueja a su familia. Al parecer no les importa a ambos lo que Ludovic siente y ha decidido, lo único que importa es que toda la familia será rechazada y relegada por la sociedad.
Lo que en el fondo pareciera una herida que les impide la pertenencia a un grupo, ya lo decía Fromm en Ética y psicoanálisis “La supervivencia de un grupo depende en cierta medida de que sus miembros consideren la importancia de aquél, tan grande o mayor que la de sus vidas, y además que crean en la rectitud, o aún en la superioridad de su grupo”. Y este sentido de pertenencia y de importancia dentro del grupo ellos la perdieron… han sido excluidos.  Porque al parecer la sociedad en donde se encuentran presupone automáticamente que todo el mundo debería ser heterosexual, y si no es así es un pobre enfermo que  no merece la inclusión al grupo.
Al final los padres de Ludovic deciden irse  del barrio, y lo condenan a vivir una vida que no le pertenece, tratan de cortarle las alas y la única opción que le queda es matar por completo su firme creencia de sentirse y vivirse como niña. Hace un esfuerzo, quiere ser “normal” y ser aceptado… pero esto es inútil su naturaleza es mucho más fuerte que el convencionalismo.  Un día por fin se encuentra con Cristine un niño atrapado en el cuerpo de una niña, que ve en Ludovic un probable amigo, lo invita a su fiesta de cumpleaños, en donde lo obliga a cambiar de traje, ya que con el de princesa no se siente bien, al ver la madre de ludovic que la historia vuelve a repetirse estalla en furia y lo golpea, pero al darse cuenta de que todo había sido idea de Cristine va tras él arrepentida y parece que al final comprende que la situación de ludovic  es así y no puede hacer nada para cambiarla.  
Este final en realidad es poco común en la vida real, y traspasando esta historia a la actualidad y a nuestra cultura, en la clínica nos encontramos con gente que no la han dejado aceptar su situación,  y no son libres de vivirse como tal, hombres y  mujeres que se esconden bajo el rol que les fue asignado desde la niñez, aunque ese no fuera su deseo original. Lo que  los lleva a una profunda depresión, soledad, aislamiento y en el peor de los casos los lleve hasta el suicidio. Una sexualidad mal entendida, distorsionada, es lo que vemos hoy día, provocada por una falta tremenda de educación en la infancia, de aceptación de los padres que son las figuras más importantes para un niño, de una rigidez en la estipulación de los roles de género y de normas sociales inflexibles.
En última instancia, el cómo se atraviesa por el camino de la niñez y la adolescencia es lo que determina  la madurez sexual en el ser humano, por ello nos encontramos con una distorsión de lo que realmente significa la sexualidad y se deja de vivir en plenitud, para vivirla bajo los estatutos esperados.
En realidad qué importa ser homosexual, travesti, transexual, heterosexual, si al final todos  PERSONAS, con los mismos derechos y obligaciones, con virtudes, manías, habilidades o enfermedades, todos con menor o mayor grado de neurosis, todos forman parte de la sociedad. O  quién puede afirmar que el ser heterosexual es sinónimo de salud mental  y todo lo diferente  de enfermedad?  Lo más importante es el respeto y la aceptación por diversidad. Lo demás, neurosis o salud mental, viene en el paquete del ser humanos y se podrá resolver en el diván.  

jueves, 29 de marzo de 2012

“Erich Fromm: una Breve Biografia” D. Burston


“Erich Fromm: una Breve Biografia”
D. Burston


Erich Fromm nació en marzo 23 de 1900, su padre Naphtali fue un pequeño comerciante de vinos, el cual quería que su hijo fuera un rabí; su madre tenía aspiraciones musicales y deseaba que su hijo fuera el siguiente Arthur Rubinstein, pero Fromm siguió su propio camino y se transformó en el psicoanalista mas popular y prolífico de los años 50´s y 60´s.

Resulta imposible entender la personalidad de Fromm sin apreciar sus raíces judías.

Nobel y Rabinkow dejaron una importante marca en Fromm, ellos combinaron los tradicionalismos religiosos con una profunda apertura hacia “el otro”

Fromm se interesó en la psicología social a raíz de la primera guerra mundial. Como un alemán preparado para la guerra, notó que muchos de sus amigos y maestros se involucraban en la permanente histeria de la guerra.

Cuando la guerra terminó, Alemania estaba en ruinas y Fromm a los 18 años estaba interesado en entender más de la naturaleza destructiva del hombre, la cual fue una preocupación que ocupó a Fromm por el resto de su vida.

A los 22 años Fromm recibió su doctorado en sociología en Heidelberg.

El tema de su tesis fue la función de la ley talmúdica en tres comunidades judías: los judíos ortodoxos, la reforma judía y las Daraites. A los 24 años, Fromm conoció a su primer analista, quien posteriormente fuera su primera esposa “Frida Reichmann” quien era una psiquiatra judía.

En un principio Fromm comulgaba con la teoría de Freud, pero posteriormente cambio de parecer.

Cuando Fromm, a finales de los años veinte comenzó a escribir, existían dos corrientes oposicionistas a las ideas de Freud: los marxistas y los no marxistas, entre estos últimos destacan: Sandor Ferenczi, Georg Groddeck, Karen Horney, Ludwig Binswanger, y Paul Schilder entre otros; y entre los Marxistas encontramos a: Wilhelm Reich y sus seguidores, a Otto Fenichel, Bruno Bettelheim y Paul Gero.

A pesar de que Fromm (quien era el único psicoanalista lego) fue seguidor de Reich por un año; posteriormente, ellos tuvieron algunas diferencias, entre las cuales destacan que Reich se alió al partido comunista, el cual era visto por Fromm con una profunda suspicacia; otra fue que Reich mantuvo su agrado por la teoría de la libido de Freud (en forma modificada) la cual Fromm abandonó.

Erich Fromm llega a estados unidos en 1933, poco tiempo después, Fromm se volvió un miembro y amigo regular de Harry Stack Sullivan en el Zodiac club, donde se encontraban Sullivan, Karen Horney, Clara Thompson, Ruth Benedict, Ralph Linton, Margaret Mead, y Abram Kardiner entre otros. Cuando Fromm hizo pública su concepción sociológica fue atacada por Fenichel en sus revisionistas puntos de vista de la teoría psicoanalítica.

Posteriormente tuvo ataques por parte de Adorno y de otros alumnos de la escuela de Frankfurt.

Después de que se retiró de la Asociación psicoanalítica internacional, Fromm fue director clínico del instituto William Alanson White de Nueva York.

En el verano de 1949 Fromm y su segunda esposa Henny Gurland vinieron a México con el objetivo de atender la artritis reumatoide de ella; al no lograrlo, ella murió en 1952, Fromm estaba devastado por la muerte de Henny; pero cuando recibió la invitación de Psiquiatras Mexicanos para dar una materia sobre psicoanálisis, decidió quedarse y fundó el Instituto Mexicano de Psicoanálisis, el cual dirigió hasta 1967, fecha en que sufrió un ataque al corazón y se mudó a Locarno Suiza.

En 1953, Fromm se casó con su tercera esposa Annis Freeman con quien vivió en Cuernavaca, donde recibieron la visita de D. T. Suzuki, quien guió a Fromm en el Budismo y la Meditación.

Fromm y sus alumnos realizaron un estudio en una villa pacifica llamada “Chiconcuac”, donde recopilaron información acerca de la historia y la antropología de 162 campesinos e hicieron estudios psicológicos, observaciones y entrevistas cara a cara y publicaron dicho estudio con el nombre de: “sociopsicoanálisis del campesino mexicano”.

En el tiempo que estuvo Fromm en México, el continuaba enseñando en estados unidos (durante 3 meses al año), esta fue la época en la que tuvo gran fama y popularidad, así como la época en la que lucho por el desarme nuclear, los derechos civiles y el movimiento en contra de la guerra de Vietnam.

En 1976 publico su libro “¿tener o ser?”, el cual fue un importante esfuerzo por sintetizar el psicoanálisis y la tradición espiritual, donde hace una crítica social y humana.

Fromm también criticó la metapsicología y la teoría de las pulsiones de Freud, así como su incorregible sexismo y su tendencia autoritaria de transformar al psicoanálisis en preceptos dogmáticos.

En “la sociedad sana” Fromm señalo los errores de Marx, así como también, destacó su personalidad y su estilo de liderazgo provenientes del leninismo y del estalinismo

Diversos autores han demostrado la aplicabilidad y utilidad de sus ideas en un extenso rango de síndromes clínicos y otros problemas; generando diálogos y debates en relación a la contribución de Fromm.

Fromm fue un erudito de la sociología y la filosofía; y vivió y trabajo en nombre de la vida humana.

lunes, 26 de marzo de 2012

“De la Historia de una neurosis infantil (el “Hombre de los lobos”) Complementos desde el tiempo primordial. Solución.


En la fase final del análisis de la neurosis infantil del hombre de los lobos, Freud hace una recopilación de factores para demostrar sus teorías expuestas en los tres ensayos de sexualidad infantil. Empieza el capítulo advirtiendo que sucede que muchas veces al final del análisis, surgen nuevos recuerdos mnémicos. En este caso surgió que en el análisis de la angustia hacia las mariposas, recuerdo ya tratado antes, resultó éste un recuerdo encubridor, ya que ocultaba algo más importante: la relación de as mariposas con la mádre, niñas y mujer, lo cual se descubrió por medio de ligazones idomáticas que seguían un camino lógico hacia esta relación. Así mismo, el mismo paciente ligó la figura de orugas y escarabajos con muchachos. Por lo tanto, la angustia ante las mariposas estaba ligada indudablemente con alguna persona del sexo femenino. El abrir y cerrar las alas estaba relacionado entonces con el abrir y cerrar las piernas de una mujer, haciendo una V romana, o el número cinco, hora en la cual se situaban sus talantes sombríos en la infancia.
Se llegó a que antes de la aya había una niñera que lo amaba mucho,de la cual refirió con el mismo nombre que la madre. Después se elucidó que no era así, que el paciente había relacionado a esta niñera con la madre y había confundido el nombre que en realidad era Grusha, o mariposa en su idioma. Se halló entonces una escena en la que esta niñera se encontraba echada en el suelo junto a un balde y una corta escoba de vergas reprendiendo al niño, pero no sabía porque. Freud da gran importancia a esta escena para la posterior vida sexual del paciente por la posición de la niñera en el suelo. Después de esto, cuenta un enamoramiento hacia una campesina de la cual no se acordaba del nombre, y de la que se contagió de gonorrea. Recuerda posteriormente que esta muchacha se llamaba Matrona, clara relación con la madre. Hubo un complemento de la escena de la niñera en en suelo fregando. El niño  vió a la muchacha fregando el piso y él orinó la habitación. Fue esa la razón por la cual la niñera reprendía al niño y formuló una amenaza de castración.
Cuando vió a la muchacha arrodillada sobre el piso, las nalgas tendidas hacia adelante, la espalda horizontal, reencontró en ella la posición que había adoptado la madre  en la escena del coito. Le devino un arrebato de excitación y se comportó virilmente como el padre en esa situación y sólo relacionarlo con el orinar lo cual llevó a cabo. Es claro entonces que el niño haya confundido en nombre de esa niñera con el de la madre, y el enamoramiento ante la campesina que sólo había visto en la misma posición que la niñera.

En una elucidación posterior, el paciente corrobora la amenaza de castración y la angustia derivada de ella en una ensoñación. Sueña que le arranca las alas a una mariposa, con lo cual se llega a la concusión de un deseo reprimido de venganza sobre la niñera que emprende la amenaza de castración contra el niño.

Esta escena de Grusha es importante en la identificación de la sexualidad en el niño, ya que se identifica con el padre, a lo que Freud llama orientación masculina Es decir esta escena tiene una gran importancia para su futura elección de objeto sexual.

Se llega entonces a colegir que la angustia ante el lobo y la angustia ante las mariposas es una misma: la angustia a la castración.

Se embarca después en una discusión de los conceptos con los que está de acuerdo con Jung y con cuales no.  Entre los cuales esta la pregunta de si es filogenético, como dice Freud, u ontogenético, como dice Jung, la vivencia de la escena primordial.

Averigua Freud que es de naturaleza normal el desplazamiento de las figuras parentales hacia figuras que el niño considera importantes así como hacia los animales. Es decir, el niño puede representar a los padres por medio de figuras importantes para él en ese momento o por animales y esto no debe de parecer raro ya que lo importante para el niño es la relación de afectos y deseos y no la posición social por ejemplo. Así, el pequeño de este caso, identifica al padre con un aguadero mudo, y a la madre con Grusha.

Hubo en la infancia de este pequeño una época en la que sólo quería comer golosinas, lo que puso en peligro su salud, por lo cual se le hizo un amenaza de muerte si no comía bien. Explica Freud que esta perturbación en el comer, junto con la zoofobia, más la batería de obsesiva, son los factores más relevantes para la contracción de su neurosis posteriormente.

Llega A una explicación en la que el velo que este muchacho veía se resuelve para representar las ocasiones en que necesitaba una lavativa. Cada vez que se llegaba a esta situación para sus aparato digestivo,, al terminar esta operación relataba que volvía a ver el mundo con claridad, quitando la visión borrosa que tenía de éste. El velo representaba la cofia fetal, por lo tanto el velo esta relacionado con una fantasía cumplida de regresar al seno materno, cuando se desgarra la cofia fetal, se desgarra también el velo del nacimiento. Así mismo, el bolo fecal representa el hijo. Entonces, en este caso, la fantasía del renacimiento se enlaza con la satisfacción sexual, la traducción es entonces: Su enfermedad solo lo abandona cuando le es permitido sustituir a la mujer, a la madre, para hacerse satisfacer por el padre y parirle un hijo. Es por lo tanto la fantasía del renacimiento, un reflejo censurado de la fantasía de deseo homosexual.

La religión y la neurosis obsesiva


Partiendo de la teoría de Fromm y haciendo un análisis general entre la religión y la neurosis, nos relata en “lo inconsciente social” (1990), datos muy interesantes sobre el origen de la necesidad del ídolo, Fromm habla aquí de un sentimiento de desamparo en el hombre, mismo que se desarrolla por la separación de la figura materna, con la que considera hay una relación que a diferencia de lo que decía Freud sobre la teoría de Edipo, va mucho más allá del deseo de poseer a la madre. Lo que Fromm plantea en esta obra es la necesidad de ser parte de ella y no separarse nunca, creando una vinculación incestuosa, que si bien no se hace realidad, se genera un mecanismo en el que al abandonar a la madre se buscan figuras sustitutivas; dice Fromm: “toda clase de ídolos religiosos o fuerzas naturales, instituciones o grupos”  dentro de los que cabe mencionar a la Iglesia, esta institución que a lo largo de la historia ha sido tan influyente en la conducta del ser humano. Que desde el punto de vista Frommniano podemos interpretarlo como un deseo fehaciente por seguir perteneciendo a la madre, por este anhelo de no perder eso que él llama “el auxiliar mágico” en el que el hombre ha encontrado esa seguridad y calidez que ha perdido del seno materno.
De esta manera existe un desplazamiento del pertenecer a la madre por pertenecer a una congregación que le brinde lo perdido.
Así también Fromm (1968) describe que “el ídolo es la figura a la cual una persona ha transferido su fortaleza y capacidades. Cuanto más poderoso se haga al ídolo, tanto más se empobrecerá la persona. Solo estando en relación con el ídolo puede tratar de mantenerse en relación consigo misma. El ídolo obra de sus manos y de su fantasía, la supera y la domina. Su creación se ha convertido en cautivo suyo. La idolatría en el sentido del Antiguo testamento y los profetas, es el mismo concepto que el de enajenación”(1).
Un sentimiento oceánico (2) le llama Freud,  a la necesidad de tener una religión, en el malestar de la cultura (1927-1931). Para este autor es un sentimiento que deriva de una necesidad infantil y de la añoranza del padre que aquel despierta.
Por su parte, Fromm en el dogma de Cristo (1984)  hace reseña a este mismo sentimiento pero él habla de una expresión inconsciente de hostilidad hacia el padre. Explica que el hecho de que el hombre fuera elevado al rango de Dios le da la posibilidad de trascender y dejar de ser sufrientes y oprimidos, para ser felices(3).
Relacionando así el concepto de Dios con la figura del padre, podemos encontrar una conexión con el superyó castigador, ese que establece las normas y al que el individuo obsesivo obedece fielmente, y por lo  tanto en su idea de constante pecar, busca la redención y el perdón por medio del castigo, refugiándose en una religión que le asegure la tranquilidad de su alma, aunque por otro lado tenga que pagar el precio de la constante ansiedad ante el deseo reprimido. 
 Para adentrarnos más en el tema, hay abordar un poco el concepto y desarrollo  de la neurosis obsesivo compulsiva. Desde la teoría freudiana (1908), la neurosis obsesiva, tiene sus orígenes en la  fijación de la fase anal. En la neurosis obsesiva al igual que en las fobias nos dice Freud (1894) encontramos siempre dos cosas, una idea que se impone al enfermo y un estado emotivo asociado, que generalmente además de la ansiedad, se acompaña por la duda, el remordimiento (culpa) y la cólera. En las obsesiones, el estado emotivo constituye lo más importante, ya que persiste inalterado mientras que la idea asociada es cambiante.  Es decir el estado emotivo es eternizado y la idea original es remplazada. Esta sustitución nos dice Freud generalmente tiene que ver con una disposición psíquica especial y que se da como un acto de defensa del yo frente a la idea inconciliable (4).
En este sentido podríamos afirmar que el sujeto puede utilizar los elementos que le son familiares. En el caso de la cultura occidentalizada, al predominar la religión judeo cristiana, que cuenta con elementos rituales muy específicos relacionados con los sentimientos de culpa es favorecedora del castigo para obtener una redención. Podría ser natural entonces, que encontremos en la clínica a pacientes obsesivos que se refugien en ideas de tipo religioso para sanar sus culpas. Existiendo en ellos también el pensamiento dubitativo de si serán perdonados o no, o la duda de si existe Dios o no. Un paciente en consulta me decía, a pesar de su ferviente fe: “Dra. A veces dudo si Dios existe o no, a veces, creo que no, aunque luego me arrepiento y le pido perdón”.
Además de ello, estas personas regularmente se asocian con tres características: el orden, el deseo acumulativo por el dinero y por su tenacidad. Menciona Freud que cada una de estas palabras sintetiza, en realidad, un pequeño grupo de rasgos característicos afines. La cualidad de «ordenado» comprende tanto la pulcritud individual como la escrupulosidad en el cumplimiento de deberes corrientes y la garantía personal; lo contrario de «ordenado» sería, en este sentido, descuidado o desordenado. La economía puede aparecer intensificada hasta la avaricia, y la tenacidad convertirse en obstinación, enlazándose a ella fácilmente una tendencia a la cólera e inclinaciones vengativas. Las dos últimas condiciones mencionadas, la economía y la tenacidad, aparecen más estrechamente enlazadas entre sí que con la primera. Son también la parte más constante del complejo total.
Ya desde aquí podríamos comenzar por hacer un enlace entre el cuadro obsesivo y la religión, Freud en su artículo “el carácter y el erotismo anal”  hace el señalamiento, en el que deja ver la relación que tiene simbólicamente el dinero con el diablo afirmando lo siguiente: “realmente en todos aquellos casos en los que dominan o perduran las formas arcaicas del pensamiento, en las civilizaciones antiguas, los mitos, las fábulas, la superstición, el pensamiento inconsciente, el sueño y la neurosis, aparece el dinero estrechamente relacionado con la inmundicia. El oro que el diablo regala a sus protegidos se transforma luego en estiércol. Y el diablo no es, ciertamente, sino la personificación de la vida instintiva reprimida e inconsciente. Ya en las antiguas leyendas babilónicas es el oro el estiércol del infierno. Así, pues, es muy posible que la antítesis entre lo más valioso que el hombre ha conocido y lo más despreciable, la escoria que arroja de sí, sea lo que haya conducido a esta identificación del oro con la inmundicia (5).
En 1907 Freud en su artículo  “los actos obsesivos y las prácticas religiosas” (6), nos dice que las similitudes que encuentra en estos están ligados directamente a dos  aspectos, a la sexualidad y a sentimientos de culpa originados  a su vez por deseos reprimidos en el inconsciente, de los que uno y otro (el neurótico y el religioso) se defienden mediante el ceremonial.
Así en la práctica de la religión, Freud encuentra también la misma transacción entre la prohibición y el deseo, entre la tendencia represora y la reprimida; pues, como nos indica muchas veces en nombre de la religión y a favor de la misma se realizan justamente todos aquellos actos que la religión oficialmente prohíbe.
Sobre el sentido de ésta doble y ambivalente tendencia actuante en la experiencia religiosa quedan todavía muchas cosas por determinar. Pero a partir de esto, Freud señala desde una perspectiva psicoanalítica,  la neurosis obsesiva debe ser considerada como una religión individual y la religión como una neurosis obsesiva universal.
 En el obsesivo existen rituales, prácticas que se dan por un desplazamiento ocasionado por un deseo sexual infantil, generado en la fase anal del desarrollo psicosexual. Es decir, si un individuo tiene un sentimiento de amor y odio hacia su madre, en donde el odio predomina, seguramente en el deseo de matarla, lavaría constantemente sus manos, limpiándolas de la culpa en un acto simbólico, que le genera el pecado de matar a la madre.
El mismo paciente al que hice mención en líneas anteriores, me expresaba que desde los siete años comenzó desarrollar conductas obsesivas, una de ellas era apagar constantemente las luces, no entendía por qué, hasta que comprendió en su análisis, que en el deseo de matar a su padre, apagaba las luces, porque pensaba que si se gastaba mucho la luz, seguramente el recibo llegaría muy caro y por lo tanto su padre tendría que trabajar más y esto lo llevaría a una muerte más temprana.  Es decir desde pequeño se ponía su propia letanía y esto lo hizo elaborar otro tipo de pensamientos que relacionados con el deseo sexual los convirtió en una “devoción” y en su religión personal.
Lo que Freud nos dice a cerca de este tipo de casos es que: en estas personas el acto obsesivo sirve de expresión a motivos y representaciones inconscientes, lo cual parece entrañar una nueva diferencia con respecto a las prácticas religiosas; pero también el individuo devoto desarrolla generalmente el ceremonial religioso sin preguntar su significación.
Es decir, el neurótico obsesivo ha llevado a cabo una represión de contenidos sexuales, mientras que, tras la conducta religiosa cree adivinar más bien la represión de contenidos antisociales y egoístas. El esquema de la primera teoría sobre las pulsiones, en las que al grupo de las tendencias sexuales se enfrentaban las pulsiones del yo, se trasluce en esta diferenciación que Freud lleva a cabo entre la represión del obsesivo y la del hombre religioso. El primero teme a la sexualidad y, desde este temor, crea su neurosis; el segundo teme sus impulsos egoístas y antisociales y, desde ese temor crea su religiosidad.
Finalmente es como de esta  manera que podemos ver claramente que existen elementos que influyen en el reforzamiento del pensamiento mágico del obsesivo, entre la idea de culpa y el castigo, del placer y el pecado, donde el sentimiento ambivalente siempre está presente, en donde entre odio y amor no existe un equilibrio y termina ganando el odio, que hace que los pacientes obsesivos traten de sanarlo a través de la elaboración de rituales que permitan expiar su culpa. 

jueves, 22 de marzo de 2012

Resumen/ Opinión de Epicrisis de caso Hans.


Esta epicrisis Freud la divide en tres partes. la primera es para saber si reafirma sus tesis escritas en Tres ensayos sobre la teoría sexual. La segunda parte va sobre  su eventual contribución al entendimiento de las fobias como enfermedades. y el tercero es para ver si de ella se puede extraer algo para el esclarecimiento de la vida animica infantil y para la crítica de los propósitos educativos.
En la primera parte, Freud quiere refutar algunas críticas que se le hacen con respecto al caso. la primer es que el pequeño Hans no es un niño normal sino que tiene una fuerte carga hereditaria y predisposición a la neurosis; este  punto no lo aborda ya que solo restringe la teoría y no la anula.
el segundo punto lo toma más en serio pues dice que algunos creen que este caso carece de valor por ser el padre de Hans prisionero de las opiniones y teorías de Freud y aquejado por los prejuicios de este. defiende el caso diciendo que Hans se inclina siempre por el amor a la verdad .
Dentro de este punto me agrada el hecho de que Freud dice que al convencimiento no se puede alcanzar nunca por la lectura, sino solo por el vivenciar. Me parece muy cierto que solo con las ideas de los conceptos no se puede llegar al conocimiento completo, solo por el vivir la experiencia se puede saber lo que es esta.
También dentro de este apartado me parece interesante el límite que pone Freud para la auto-cura, o la resolución de problemas anímicos por cuanta de uno mismo donde pone una importancia significativa al analista cuando dice que “uno puede liquidar por sí solo perturbaciones leves, nunca una neurosis que se haya contrapuesto al yo como algo ajeno; para dominar una neurosis se necesita a otro, y en la medida en que este otro pueda ayudar, en esa misma medida es curable la neurosis.”[pág. 86].
Dentro de lo que respecta a la supervisión que hace Freud del caso, acepta este haber errado cuando le dijo que el camino para la explicación del nacimiento tenía que pasar a través del la analogía con las funciones excrementicias. Ya que ese camino intrincó al pequeño Hans en su entendimiento de la sexualidad. Asemeja el caso de Hans con aquellos quienes serán homosexuales, en el sentido de que se halla la misma preponderancia infantil de la zona genital, en especial del pene, y que esta elevada estimación por el miembro masculino se convierte en destino para ellos.
Afirma Freud que todo lo que dijo en la interpretación de los sueños y en Tres ensayo Sobre la Teoría Sexual, es perfectamente coherente con lo expuesto en el caso Juanito. Aquí yo me pregunto: ¿Qué no era ese el propósito del caso?, para eso lo expone, no para otra cosa. dice que los lazos con su padre y madre son exactamente los expuestos en estos dos textos. Es realmente Hans un pequeño Edipo que como tal quiere eliminar a su padre para poder acostarse, dormir con su madre.
Añade que es importante tomar en cuenta que en un número grande de casos el saber sexual es despertado por la llegada de un hermanito. La angustia de que venga un hijo más tiene desde entonces un sitio en su pensar consciente. Hans expresa sin demora su deseo de muerte de Hanna, ya que como el padre, ella también le quita a la mami.

En la segunda parte, habla de que puede generalizarse este caso como una histeria de angustia, ya que se sitúa justo en el mecanismo psíquico de las fobias y el de las histerias; son embargo, tiene una gran diferencia con respecto a estos. La represión no es convertida, sino que se transforma en angustia. También dice que en los casos clínicos reales, la histeria de angustia puede contaminarse de histeria de conversión. Las histerias de angustia suelen presentarse en edades más tempranas de la vida, son neurosis de la época infantil.
Aclara más adelante que Hans en lo inconsciente, y en total oposición a la cigüeña y a París, ha sabido de dónde vino la niña, y dónde estaba antes de su nacimiento. Esta, dice Freud, es  una pieza inconmovible en al caso.
Lo que pienso sobre esto es que es lógico para una persona inteligente, incluso tan pequeña como Hans, deshacerse de un pensamiento que no le queda claro, que le produce dudas con base en las incoherencias  de su fundamento. Esto necesariamente produce desconfianza de las personas que le dieron la explicación.   Primero que a los bebés los trae la cigüeña, después que la madre los hace como se hace un Lumpf, así siempre existieron dudas y contradicciones, para terminar en la pregunta de que si la mama lo hacía como un Lumpf, entonces él sólo era hijo de su mamá y no de su papá. ¿dónde entraba la participación del padre en su nacimiento entonces? Osea, que las contradicciones no son lo mejor para la salud mental de un niño tan curioso como inteligente como Hans, y que las preguntas que hacen los niños son porque ya estan preparados para saber la respuesta.

En la tercera parte, en la cual se propone a extraer algo para el esclarecimiento de la vida anímica infantil, se detiene un poco en defender a Hans como niño normal a pesar de su lastre hereditario ya que Freud conoce a a esta familia por haber tratado a la madre de una neurosis en su juventud. dice que Hans es un niño amable e inteligente en que no solo el padre puede tener un amigo. Sin embargo, declara cierta su temprana madurez sexual, pero Freud dice que faltaría material comparativo para aseverar eso, lo cual es normal en estudios de E.U.A. y se sabe lo mismo de los que después son nombrados grandes hombres. Así que asegura que la temprana madurez sexual se da al mismo tiempo sin falta en los intelectuales y por eso en niños dotados se hallará con mayor frecuencia.
En suma, dice Freud que las fobias que pasó Juanito son generalmente normales, y que se curan solas o se callan a gritos por ser éstas incómodas. Y luego se curan en apariencia o ceden en el transcurso de algunos meses. Sin embargo, estas neurosis se manifiestan en la edad adulta en personas con neurosis.  Defiende a Hans de la degeneración diciendo que es en él en quien se puede ver con más osadía su angustia ya que se le educó de manera respetuosa y sin amedrentamiento.
Hay una frase que me parece muy importante  “El análisis no deshace el resultado de la represión sustituye la represión por el juicio adverso.”[pág. 116]. Creo que aquí esta un de los antecesores de la posterior frase dónde Ello había, Yo devendrá  o algo así. El asunto es que en el análisis se trata de hacer consciente lo inconsciente.
Me asombra que Si hubiera estado en manos de Freud, le hubiera contado acerca de la vagina, y del coito y que esto hubiera desacelerado su afán por preguntar.
Quiere entonces hacer de este caso uno típico y paradigmático, como si fuera este el caso más común en la infancia de las personas que en la edad adulta contraerán neurosis.

Me parece un caso muy importante en la teoría Freudiana ya que muestra claramente al caso típico y en el que se fundamentan las fobias en la edad adulta y los ejemplos no solo solo del complejo de Edipo, sino más ampliamente el aterrizaje de conceptos como el complejo de castración, la participación de un niño en el nacimiento de un hermanito o hermanita, e incluso introduce metodología para la pedagogía; es decir, nuevas ideas para la educación de los niños, sobre todo y como siempre, acerca de la sexualidad.

domingo, 11 de marzo de 2012

Sueños



De pronto me dormía, caía en ese sueño pesado donde se revelan para nosotros el retorno a la juventud, la recuperación de los años pasados, los sentimientos perdidos, la desencarnación, la transmigración de las almas,  la evocación de los muertos, las ilusiones de la locura, la regresión hacia los reinos más elementales de la naturaleza (pues se dice que a menudo vemos animales en los sueños, pero casi siempre se olvida que en ellos nosotros mismos somos un animal privado de esa razón que proyecta sobre las cosas una claridad de certidumbre; por el contrario, no ofrecemos en ellos, al espectáculo de la vida, sino una visión dudosa y aniquilada a cada minuto por el olvido, al desvanecerse la realidad precedente ante la que sucede como una proyección de linterna mágica ante la siguiente cuando se ha cambiado el vodrio), todos esos misterios que creemos no conocer y en los que en realidad somos iniciados casi todas las noches...

M.P

domingo, 4 de marzo de 2012

El hombre frente al quebrantamiento de la fe


Noticias del día y de todos los días: mueren agentes estadounidenses en manos de narcos, acusan a sacerdote de secuestrar a joven de 17 años, 57 muertos en 72 horas en ciudad Juárez, marchan en Oaxaca para exigir un alto a la violencia, marchan hacia CU grupos indígenas y estudiantes exigiendo ¡No más violencia! Entre el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de blancas, el tráfico de órganos, los secuestros, violencia y más violencia, unos cuantos levantan su voz, hacen saber su inconformidad y actúan… pero sin obtener resultados.  


Lo que se vive en la sociedad mexicana y en el mundo, pareciera ser un brote de agresividad sin contención, el bienestar, la búsqueda de la felicidad y del amor han quedado atrás. Es que, como dice Peter Sloterdijk (2010) en Ira y tiempo “el odio, la ira y la enemistad irreconciliables han vuelto a emerger de repente entre nosotros” Una mezcla de fuerzas ajenas, insondable como la voluntad, se ha infiltrado en las esferas civilizadas”... (1). Pero me pregunto ¿de qué civilización estamos hablando?, ¿acaso lo que vivimos hoy día es civilizado? Más bien pareciera que retrocedemos en el tiempo, ahora, la ley del que más tiene (poder y dinero) es la del más fuerte. No importa si es un funcionario, empresario, político o un criminal, si tiene poder y dinero, está sobre los demás.  Hace no  mucho a finales del 2009, resonó la noticia que la revista estadounidense  “Forbes” ubicó en el medio del ranking de las personas más poderosas del mundo a un narcotraficante mexicano (Joaquín "el Chapo" Guzmán). Eso  ¿es para reírse?, ¿para llorar?  o más bien, nos debería llevar a cuestionarnos sobre lo que está sucediendo en nuestra sociedad,  donde lo más importante al parecer es el dinero y el poder, no importa quién lo tenga, ni de donde provenga, el único objetivo es poseerlo.

Lo cierto es que algo está pasando y muchos prefieren no ver, la sociedad se siente impotente, ante tanta impunidad, ante la falta de sensibilidad y de apoyo para las víctimas de delitos, que al final se sienten sin el derecho a decir ya basta, ya no más, se sienten aplastados por un mundo lleno de violencia, de represión, de discriminación…

 A la gente se le ve cansada  de largas jornadas de trabajo, viajan horas todos los días para cumplir con una rutina sin sentido. Ahora el vivir se ha convertido en sobrevivir, ya no existe en el hombre una motivación interna, ya  no espera disfrutar el fruto de lo que hace, vive el aquí y el ahora, efectivamente, pero un aquí violento y un ahora sin esperanza. Luchar en nuestros días se ha convertido en parte de lo cotidiano, en una pugna para obtener un lugar en el mundo, cuando se ha olvidado que por el simple hecho de “ser” en el sentido de Heideggeriano (Dasein) se “es” desde que somos arrojados en el mundo. Pero eso se ha olvidado, “puesto que en la actualidad no se es nada, si no se posee nada”.

Es por eso que al menos en nuestro país, muchos optan por huir y con la esperanza del sueño americano, lo arriesgan todo, hasta la vida misma, piensan que es la única oportunidad que tienen para “tener una vida digna”, pero la mayoría lo único que recibe es discriminación y violencia.  Lo escuchamos todos los días en las noticias:
“Se ha  torturaron a un hombre con toques eléctricos”,
 “Le dispararon a un menor,
 “Se aprueba ley que favorece la discriminación en Arizona”.
Hasta aquí solo por mencionar algunos eventos, pero ¿qué es lo que hacen  las autoridades, el gobierno, los medios de comunicación, el pueblo o incluso, nosotros como audiencia ante esto? Se dice mucho, se reflexiona, pero en realidad no se hace nada.

El problema real es que la sociedad y el hombre están paralizados, lo que existe hoy en el hombre es un “quebrantamiento de la fe que trae consigo una sed de venganza y sed de sangre arcaica”, términos que Fromm designó para dos de los tipos de violencia que tuvo a bien describir en “El Corazón del Hombre”(2).

Para Fromm el quebrantamiento de la fe consiste en que “la fe en la vida, en la posibilidad de confiar en ella, de tener confianza en ella, se pierde”. Esto tiene consecuencias graves en el individuo pues empieza a odiar la vida y por ende a destruir cualquier cosa relacionado con ella. 
De esta forma podemos ver que en el hombre actual efectivamente existe una pérdida de la fe, pero entiéndase aquí, no es en la fe que se conoce en la religión, es la pérdida de la fe en él mismo y por la vida misma.  ¿Cómo se puede tener fe cuando se vive inmerso en una sociedad en donde la educación (aparentemente laica), educa al individuo para alienarse con el mundo, en donde lo que menos cuenta es la creatividad y sobre ella se instauran las reglas morales y los convencionalismos, en donde no se es libre ni siquiera de decidir por una de las cosas más personales en la vida de un individuo,  que es la elección sexual?
Es decir, desde muy pequeño se le educa al niño para cumplir con cierto rol que le corresponde dentro de su grupo, (llámese grupo de católicos, protestantes, musulmanes, etc.), muy pocas veces se toma en cuenta lo que el niño quiere realmente, no se está atento a lo que su ser expresa,  mucho menos se le estimula, si desde pequeño quiere ser un gran deportista, músico, literato o lo que sea que no esté dentro de lo convencional, los padres llevan al niño a realizar otra elección como ser médico, abogado o contador (no digo que sea una mala elección esta carreras, sino habló de aquellos casos en que no fueron elegidas por voluntad propia). Regresando a la idea anterior, es mejor que el niño pida que quiere estudiar ese tipo de carreras que lo van a hacer pertenecer a un cierto circulo social, porque los padres suelen pensar que es el único. También puede ocurrir otra situación en donde los padres  quieren que sus hijos realicen sus propios sueños, los sueños que ellos cuando eran jóvenes  no alcanzaron, ni lograron.
Esta es una de las muchas formas en las que se quebranta la fe originaria en el amor, en la veracidad y en la justicia en palabras de Fromm, para quien la sed de sangre arcaica: “No es la violencia del impotente; es la sed de sangre del hombre que aún está envuelto en su vínculo con la naturaleza. La suya es la pasión de matar como un modo de trascender la vida, por cuanto tiene miedo de moverse hacia delante y de ser plenamente humano”.
Lo que encontramos en el campo clínico, es con personas que a través de la fantasía se crean un mundo alterno, que les permite expresar todo el odio y enojo que tienen dentro y que les ayuda a no caer en la locura de no hacer nada, hay quienes por el contrario deciden vengarse de la vida que les ha negado la felicidad y deciden llevar a cabo la violencia, llegando literalmente a matar, y los que  no encuentran ninguna otra vía, optan por la locura.  Es tanta la agresión,  que terminan por volcarla sobre sí mismos, lo que los lleva manifestar enfermedades como la depresión, en el mejor de los casos a la ansiedad, o bien, hasta cuadros psicóticos, y un sinfín de enfermedades.
Lo cierto es que este es el mundo en que vivimos ahora, en donde el hombre para sentirse adaptado tiene que alienarse, o enajenarse en términos de Fromm. Pero tenga el nombre que tenga, lo cierto es que, es el  resultado de un gran miedo, e impotencia, en donde el hombre ya no es más hombre, sino, sólo una máquina creada para seguir instrucciones, a la que se le prohíbe pensar y sólo se le permite trabajar de manera monótona. No se requiere más de su habilidad para buscar el conocimiento, porque el conocimiento lleva a la verdad, y eso  no es válido para quienes tienen el poder.
El hombre de nuestro siglo, ha sido domesticado dentro un mundo capitalista, en donde poco importa voltear a ver al otro. Un hombre desinteresado en sí mismo, y por lo tanto desinteresado en los demás. El amor se ha convertido en algo mercantil, donde la frase perfecta de hoy es: “dime cuántos quilates me quieres”… el amor se ha convertido también en el festejo de un solo día, y se ha olvidado que los 364 días restantes también puede estar presente, pareciera que tiene que haber una justificación para consumir,  para caer en la oralidad y seguir devorando al mundo material, sin ocuparse del mundo interno, en el bienestar del espíritu.
No se busca más el contacto con uno mismo, para qué, si ´podemos contactar a millones de gente por las redes sociales, para qué ver dentro de uno mismo si se puede ver la vida de otros, y peor aún, vivir la vida de otros, olvidando cada vez más que se es un individuo y por lo tanto diferente, con ideas y sensaciones propias que nos  hacen únicos.

De esta  manera es como he llegado a la siguiente pregunta: ¿qué hace el psicoanálisis en una sociedad como la nuestra? ¿Qué función tendremos los psicoanalistas dentro de un mundo con tanta violencia, en donde la fe del hombre es casi inexistente?  Sería muy triste pensar que el Psicoanálisis no tiene nada que hacer al respecto, al igual que los psicoanalistas se quedasen con los brazos cruzados, solo escuchando el malestar del paciente, sin que importe qué es lo que pasa a su alrededor.

Fromm  en su estudio e investigación del psicoanálisis, rescata al individuo como un ser social, partícipe y parte de la sociedad, e investiga de una manera profunda las diferentes formas de violencia con las que el ser humano responde a su entorno. En su libro de Anatomía de la destructividad humana, describe dos tipos de agresión, la benigna y la maligna (3). Es cierto que ambas las podemos encontrar en todos los individuos, sin embargo, todos somos testigos que  en esta  sociedad globalizada, el tipo de agresión que más predomina es el maligno, o es que ¿no nos acercamos cada vez más al síndrome de decadencia?, ¿nos hemos dado cuenta que el sadismo y la necrofilia son los principales actores en este momento?
A manera de respuesta Anthony Giddens nos dice (1995) “nunca seremos capaces de ser los amos de nuestra historia, pero podemos y debemos encontrar maneras de controlar las riendas de nuestro mundo desbocado…Vivimos en un mundo de transformaciones que influye de forma determinante a todo lo que hacemos. Para bien o para mal nos vemos propulsados  a un orden global que nadie comprende del todo, pero que hace que todos sintamos sus efectos” (4).
Efectos que como analistas observamos todos los días. Si ponemos atención a lo que los pacientes nos refieren, sobre todo pacientes jóvenes que se encuentran por terminar la carrera, se enfrentan a una sociedad que es como “una madre devoradora” que no los deja ser libres, ni respirar, tienen que cubrir con altos estándares para poder tener un empleo. Pierden el derecho a tener vida propia y ganan el derecho de tener un sueldo fijo pero miserable y sin prestaciones. Muchos de ellos, se conforman, dejan caer las manos y piensan que en algún momento podrán estar mejor, otros se indignan pero al final terminan alienándose a los demás y perdiendo la fe. Ante, la terrible derrota y la aparición de los síntomas, todos buscan salidas, llámese alcoholismo, drogadicción, sexo desenfrenado; o bien, unos pocos deciden buscar ayuda, ya que no conciben vivir en un mundo capitalista, con lo que podrían obtener en términos monetarios, haciendo lo que realmente les gusta. Renuncian antes de intentar, pero ¿cómo ayudar a estas personas en quienes al final, el problema fundamental, es la falta de amor, de confianza en sus potencialidades, la falta de fe en sí mismos y ante la vida?

La tarea que nos queda, no es cosa sencilla, ya que lo que podemos hacer dentro del campo clínico, y de lo cual somos responsables es entablar un compromiso con los pacientes y llevarlos a la recuperación de eso que han perdido,  el “amor hacia sí mismos” de que reconozcan su propia existencia en el mundo y por lo tanto recuperen el amor y el reconocimiento por el otro, lo que al final se manifieste en un sentimiento de biofilia”…Esto es lo que a mi parecer, podemos intentar dentro de un mundo que se dirige cada vez con más fuerza hacia lo necrófilo, lo etéreo, lo desvitalizado.

Siguiendo ahora la teoría de Zygmunt Bauman (1925-2005), quien  en su libro  “Amor Líquido”, expresa claramente que: “amar al prójimo no es un ingrediente básico del instinto de supervivencia, pero tampoco es un ingrediente básico el amor a uno mismo como modelo del amor al prójimo”. Para Bauman es crucial “ser objetos dignos de amor”  ser reconocidos como tales y de que nos den la prueba de ese reconocimiento… para sentir amor por uno mismo necesitamos ser amados.

Desde esta perspectiva, el psicoanalista dentro del proceso analítico, puede tener la función de amar al otro, aceptarlo y reconocerlo, a través de la neurosis de transferencia. De tal forma en que el individuo reconozca su propio valor y rescate a su “propio ser genuino” (C. Bollas) y de esta manera explote al máximo sus potencialidades y rescate lo que había dejado en el olvido, recuperando la renuncia que había hecho de sí mismo. Identificando desde qué momento se comienza a coartar la libertad de ser uno mismo, así el analista, representando a ese objeto que como ya se ama, y se siente digno del amor del otro, tiene la capacidad de regresar ese amor por sí mismo y reflejarlo en su paciente.

Finalmente, podemos reconocer que existe una necesidad de que los psicoanalistas no olvidemos reflexionar  con mayor profundidad, este tipo de fenómenos. Hay que dejar de ser observadores pasivos y partícipes del mismo círculo vicioso, y recordar que  el psicoanálisis es una opción para que el individuo recupere la fe. Acompañando a los pacientes en las situaciones que provocan su ira, la ira contenida  ante las injusticias que los aquejan, tratando de que la “sed de venganza” a través del entendimiento y la solución de su enojo  los lleve de una manera productiva no solo a sublimar, sino que a través del encuentro consigo mismos logren la trascendencia de su sí mismo.
De esta manera podemos ver que el psicoanálisis no solamente  se ha adaptado a la sociedad, sino que aún tiene mucho que aportar,  ya que como bien sabemos, el psicoanálisis humanista no solo percibe al individuo como un ente independiente de su entorno, sino como un ser que está inmerso en una sociedad, y como tal, puede influir en ella así como la sociedad influye en su propio desarrollo.

Por lo tanto en la medida en la que hagamos recuperar al individuo el entusiasmo por lo vivo, o como Fromm lo llama su parte “biofilica” logrará impactar en su actitud hacia la vida, y es más, los hará sentirse liberados de todas las ataduras que no les permiten avanzar, y los hará individuos capaces de resolver, entender y manejar su neurosis. En el psicoanálisis humanista no solo se trata de que el individuo entienda su patología, sino que haga algo, que crezca emocionalmente, que actúe en contra su propia deformación ideológica y de esa manera recupere el amor, la fe por sí mismo y logre la trascendencia en la vida.


Bibliografía
·        Peter, Sloterdijk. Ira y tiempo.  España (2010) Ed.  Siruela p. 59.
·        Fromm, Erich. El corazón del hombre. México vigésimo sexta edición (2006). Ed. Fondo de cultura económica. P. 25, 31.
·        Fromm, Erich. Anatomía de la destructividad humana. Buenos Aires Argentina (1975). Ed. Siglo XXI. P. 191-212
·        Giddens, Anthony. Un mundo desbocado. México (1999) Ed. Taurus pensamiento. P. 17, 49-59.
·        Bauman, Zigmunt. Amor líquido. Buenos Aires Argentina (2005) Ed. Fondo de cultura económica. P. 107-109.